EL ACEITE HIDRAULICO
Las disyuntiva de impacto ambiental versus maximización de la productividad, debe tener como precepto el aumento de la eficiencia de los recursos utilizados en los procesos.
La tecnología ha impulsado al aumento del consumo de lubricantes, obligando a la industria a buscar alternativas sostenibles que permitan aprovechar toda la vida útil de este recurso de alto costo e impacto ambiental.
Algunos equipos modernos tienen altas demandas de aceite hidráulico, y dadas las exigencias reales de los procesos tales como contaminación, presencia de agua o altas temperaturas, generan degradación del aceite y por lo tanto efectos nocivos en todo el sistema hidráulico.
Para un aprovechamiento total del aceite hidráulico o sangre del sistema hidráulico, se requiere de la implementación de sistemas de reacondicionamiento que eviten las fallas o perdidas por deterioro del aceite, obstrucciones en las líneas o accesorios, corrosión interna, presencia de barniz en las superficies metálicas y generación de lodos en el depósito.
La primera razón de degradación del aceite es la oxidación, que como su nombre lo indica, inicia con la presencia de oxígeno en el lubricante, propiciada por la disminución de los aditivos a causa de la presencia de agua o aumento de la temperatura de trabajo.
En segundo término se tiene la degradación térmica cuando la base lubricante y los aditivos sufren cambios químicos. El resultado de estos cambios es la formación de material no soluble en el aceite, que genera depósitos y en muchos casos fallas de los equipos.
Se cuenta además a la contaminación generada en los procesos industriales tal como polvo, agua, desprendimiento de partículas metálicas, contaminación de cobre y derivados internos, son catalizadores de la reacción de oxidación. El agua en particular tiene efectos adversos sobre la habilidad para la disipación de espumas y la separación del agua, condiciones perfectas para sistemas hidráulicos lentos, cavitación en bombas y rodamientos, y problemas de seguridad si la espuma se derrame y sobrepasa los depósitos y diques.
En último término el agotamiento de los aditivos, los cuales en operación sufren una reducción normal. Entre estos tenemos aditivos que cumplen tareas anticorrosivas, anti-desgaste, antioxidantes, detergentes, estabilizadores de basicidad y dispersantes.